Sandoval (extracto).

[La psicosis de las personas viene acompañada de un furor golpe al corazón de terceras. Diario lo vivía Sonia, soportando, el intelecto muerto de su amado. Sonia tenía los sueños de convertirse en una aclamada pianista, pero la realidad era otra: Viviendo en el seno de la Ciudad de México, rodeada de incongruencia, proveniente de una aferrada clase media donde el padre tiene otros planes para la pobre de Sonia -Derecho, quizá Ortodoncia-, ella por obiedad no tenía el menor interés en complacer a su aferrado padre.
La mañana siguiente del veintidós de agosto, Rafael Camarena se levantó tarde -como suele acostumbrar- para ir al trabajo, claro, puede llegar a la hora que desee el rey. Despues de sus rutinarias labores matutinas, Rafael bajó a recibir a su acomplejado compañero de mil borracheras Emilio Torres quien esperaba ansioso en la cómoda sala. Rafael le saludó e instantaneamente le preguntó sobre su cita con Carolina, la noche anterior:
-Bien, dime, desgraciado suertudo ¿te acostaste con ella? -siendo explicito y crudo, como siempre- ¿qué tal lo hace? ¿era virgen? -Emilio negó con la cabeza las preguntas de "Rafa Camarón" como lo apodaban sus amigos. Soltando un suspiro, Emilio levantó la mirada y le confesó que se había enamorado de Caro, que era la mujer más hermosa con la que había salido. Caro, Caro, Caro, Caro... era lo único en lo que pensaba el desgraciado de Emilio. 
Rafa, sorprendido por el comentario de Emilio, solotó una carcajada exagerada al aire, como si tratase de una burla; acto que como resultado provocó el coraje de Emilo, sin embargo la amistad que éste tenía con Rafa le perdonó la burla y sólo se reservó a preguntar: ¿De qué te ries pendejo?
Sonia, caminaba apresurada entre los pasillos del colegio, esquivando como si fueran trampas de osos en medio del bosque, a los demás estudiantes; con dirección al salón K-4, Sonia, distraida, ignoraba a sus amigos que se encontraba en el camino. Sonia quería algo, Sonia no sabía qué, pero lo quería, Sonia está confundida, Sonia entró al salón, se sentó cerca de la puerta y escucho profundamente su clase de Filosofía I...]

Automática N°1.

El fuego quemaba mi cuerpo y la temperatura de la habitación comenzaba a fastidiar.
Me quedo sentado sin hacer nada, me quedo durmiendo, sin abrir los ojos, sin respiros ni suspiros.
Una idea aparece a lo lejos, una idea fresca, tenue, la idea de la libertad se aparece por la ventana. 
El aire fresco y el sol reluciente me invitan a escaparme de éste lugar.
Yo, aquí, sin hacer nada.
La libertad no obtenida, la libertad añorada; envidio a los libres, envidio a los que no están aquí.
Sin soportar más este calor infernal, me dispongo a soñar, que soñar es lo más cercano a la libertad.